Fue, junto a la alianza franco-británica la base de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial.
El rey Juan III Sobieski tenía la intención de apoyar a Francia para atacar el Archiducado de Austria, pero la invasión del Imperio otomano contra Viena le hizo ayudar a los Habsburgo.
Durante la guerra polaco-soviética los franceses fueron el principal apoyo de los polacos, enviando una misión militar para ayudarlos.
Así, los franceses se negaron a apoyar el desarrollo de la industria polaca o el ejército checoslovaco ni aumentar sus tratados comerciales.
La alianza franco-polaca se mantuvo inactiva hasta que se hizo obvio el rearme de la Alemania Nazi, buscando llegar a un nuevo acuerdo de cooperación militar.