La línea política de Rafsanyaní es conocida por su pragmatismo conservador, centrado en sus años de presidente en la revitalización económica por medio del fomento del sector privado (incluyendo la privatización de empresas estatales) y por el apaciguamiento en las relaciones con los países occidentales.Sus padres, Mirzá Alí Hashemí Bahremaní y Mahbibí Safarián, tuvieron un total de nueve hijos.[5][6] En 1958 contrajo matrimonio con Effat Marashí, hija de una familia religiosa y descendiente de Seyed Mohammad Kazem Tabatabaí Yazdí, unión que dio nacimiento a cinco hijos: Fatemé, Mohsén, Faezé, Mehdí y Yaser.De las dos, solo Faezé se implicaría más tarde en política, llegando a ser diputada en el parlamento posrevolucionario.[12] Se suele atribuir a Hashemí Rafsanyaní una astucia política superior a la del resto de actores de la escena política del Irán posrevolucionario, lo cual le permitió detentar un poder creciente.[13] Rafsanyaní se mantuvo como el principal hombre de confianza del ayatolá Jomeini durante los años en que este ejerció como líder carismático de la República Islámica.[8] Aun así, en las diferencias habidas en los años 80 entre el primer ministro Mir Hosein Musaví y el presidente Jamenei —calificados por muchos observadores como representantes de las alas izquierda y derecha[8]—, Rafsanyaní logró mantener una posición intermedia entre ambos[12] y, a la muerte de Jomeini, al quedar descabezada el ala izquierda surgida de los «Estudiantes seguidores de la línea del Imam», Rafsanyaní obtuvo una sólida posición que se reflejó en su acción como presidente de la república entre 1989 y 1997.[16][20] Algunos analistas describen su administración como «liberal en lo económico, autoritaria en lo político y tradicional en lo filosófico», lo que lo enfrentó a diputados de la mayoría más radical de la Asamblea Consultiva Islámica.[19] La política económica de Rafsanyaní dio lugar a nuevas dificultades con el aumento del precio de la cesta básica y del desempleo.Estos aumentos de precios tenían claramente su mayor efecto en los pobres y las personas con ingresos fijos.[26][27] El creciente descontento por la bajada del nivel de vida dio lugar a protestas antigubernamentales en varias ciudades, entre ellas Teherán en 1990; en 1991/92, en Teherán, Mashhad, Arak y Shiraz.[29] Tres años después apenas de que Jomeini calificara a la dinastía Saudí de «enemigos del islam», Rafsanyaní obtenía una invitación para visitar Arabia y ambos países normalizaban sus relaciones.La presidencia de Rafsanyaní se acercaba así a su fin, pese a los esfuerzos de acercamiento, con las más duras sanciones decretadas hasta entonces contra Irán por Estados Unidos.[16] Hashemí Rafsanyaní mantuvo bajo sus presidencias la práctica del periodo jomeinista de hacer convivir en su gabinete a ministros de ideologías contrapuestas: conservadores islámicos como Alí Akbar Velayatí, Alí Lariyaní, Alí Fallahián, Yahya Al-e Eshaq, etc. junto a personalidades de tendencia más izquierdista como Mostafá Moín, Abdolá Nurí, Seyed Mohammad Jatamí, Mohammad Saidikiá.[18] Sin embargo, el modernismo relativamente liberal de Rafsanyaní y sus intentos de acercamiento a los países occidentales le alienaban a los sectores conservadores, progresivamente agrupados en torno al jefe del estado Alí Jamenei, que denunciaban la modernización promovida por Rafsanyaní y después por Jatamí como una «agresión cultural» (tahayom-e farhangí) occidentalizante[13] y consideraban que el pragmatismo materialista e inigualitario de la política de Rafsanyaní era contrario a los ideales del fundador de la República Islámica, Jomeini.[13] Tras exhortar sin éxito durante varios meses a Mir Hosein Musaví para que presentase su candidatura, Rafsanyaní apoyó la de Seyed Mohammad Jatamí, quien tras abandonar el gabinete en 1992 había permanecido como consejero suyo.[36] Su hermano Mohammad Hashemí obtuvo un puesto de asistente ejecutivo del presidente Jatamí.Según los fiscales, la orden de los asesinatos había sido dada directamente por los ayatolás Jameneí y Rafsanyaní.Al igual que los candidatos reformistas Mehdí Karrubí y Mostafá Moín, Rafsanyaní denunció una interferencia del estamento militar en los comicios[42] y calificó el proceso como «contaminado por injerencias sistemáticas».[49] En las protestas que siguieron al anuncio del triunfo del saliente Ahmadineyad sobre elex primer ministro Mir Hosein Musaví y Mehdí Karrubí, la hija de Rafsanyaní Faezé fue arrestada el 21 de junio y después condenada a seis meses de prisión por «propaganda contra el sistema político».
Propaganda electoral callejera de Rafsanyaní en 2005.
Manifestantes en Teherán, en torno al rezo colectivo dirigido por Rafsanyaní el viernes 17 de julio de 2009.