Alhama de Aragón

El norte del municipio es muy irregular, definido por abruptas elevaciones que alcanzan más de 900 m de altura (Muela -915 m-, Peña Melera -917 m-) y un extenso páramo entre montañas llamado El Campillo.

[6]​ Sin embargo, la plaza volvió luego a manos musulmanas, y sería Alfonso I quien definitivamente la reconquistara para los reinos cristianos en 1122 tras la toma de Calatayud.

No obstante, la posición estratégica de Alhama así como su carácter fronterizo, hizo que años más tarde fuera motivo de disputa entre castellanos y aragoneses.

Esta situación volvió a repetirse al siglo siguiente, reinando en Aragón Alfonso V y en Castilla Juan II, hasta la paz de 1454 cuando quedó definitivamente incorporada a la Corona de Aragón.

En su reseña, alude a las frecuentes inundaciones del Jalón, en concreto a la que tuvo lugar entre el 18 y el 20 de octubre de 1842, cuando el nivel de las aguas llegó a subir casi 3,5 varas, permaneciendo así durante dos días.

[12]​ La mayor riqueza de esta población reside en sus aguas termales, cuyos beneficios parece que ya eran conocidos en época romana.

Existen ocho manantiales de aguas bicarbonatadas, cálcicas, nitrogenadas, arsenicales, hipertermales y radiactivas.

Su torre es de estilo mudéjar, con planta cuadrada y se divide en altura en tres cuerpos ligeramente decrecientes en altura, el primero en piedra sillar y de ladrillo los superiores.

Tiene una nave con capillas entre los contrafuertes, cubierta con lunetos, con crucero y una cúpula semiesférica.

[18]​ Alhama posee un pintoresco casco urbano fruto del dominio musulmán.

Otra película rodada en la localidad es Accidente 703 de José María Forqué.

Curso del río Jalón a su paso por la localidad
Vista de Alhama de Aragón en la segunda mitad del siglo XIX
Lago termal de Alhama de Aragón.