La quiebra económica le hace huir de Gran Bretaña en 1901 y durante los siguientes 25 años se estableció en Brujas.
Gilbert viajó a Roma en 1923, donde su fortuna mejoró y tres años más tarde fue capaz de volver a Inglaterra para completar el "Clarence Memorial", esta vez bajo el patrocinio real y se instaló en el estudio de Lady Helena Gleichen.
En ese año recibió el encargo de producir una obra final importante, la "Reina Alexandra Memorial", que se dio a conocer en 1932.
Entre las mejores y más conocidas obras de Alfred Gilbert se incluyen las siguientes: Estas obras le llevaron a la fama Otras estatuas de gran belleza, a la vez novedosas en el tratamiento y la delicadeza en el diseño, serán las dedicadas a Lord Reay en Bombay, y John Howard en el Bedford (1898), de la que es destacable la originalidad del pedestal.
A Dictionary of Arts, Sciences, Literature, and General information (en inglés) (11.ª edición).