Participó en los ataques contra la costa francesa (Rochefort, Lorient...) e incluso en el fallido desembarco en Saint Cast, al norte de Bretaña, siendo después enviado a las campañas de las Indias Orientales, donde Gran Bretaña consiguió importantes éxitos.
Desde esa época su vida permaneció vinculada a España, convirtiéndose en un especialista en cuestiones españolas, en particular la defensa estratégica del Peñón.
Contrajo matrimonio con una inglesa natural de Gibraltar, Juana Jardine, y llegó a dominar la lengua española.
En 1776 viajó a España en misión secreta y renunció a su condición militar para evitar sospechas; en 1777 recibió nuevas órdenes, que le indicaban viajara por todo el país haciéndose pasar "por un oficial retirado acompañado de toda su familia" para conseguir realizar mejor su labor de espionaje, y durante varios años recorrió la Península enviando informes a la Secretaría de Estado.
Al estallar la guerra en 1799, tuvo que marchar a Portugal, donde le sorprendió la muerte.