Parece que a la muerte del maestro, Turchi completó su última obra inacabada, la Caída del Maná (San Giorgio in Braida de Verona, 1605).
En 1618 es admitido como miembro en la Accademia di San Luca en Roma, de la que en 1634 llegaría a ser Primo rettore y Príncipe en 1637, gracias al patrocinio del cardenal Francesco Barberini.
En 1638 llegaría a ser miembro de la Accademia dei Virtuosi pontificia.
Establecido definitivamente en Roma en 1619, encontró grandes mecenas que le dieron prestigio y riqueza.
Continuó trabajando para clientes de su patria veronesa, pero nunca volvió a residir en dicha ciudad, salvo durante breves visitas.