Se le conoció con el nombre de segundo Aristóteles, por su adhesión a las doctrinas del maestro griego.
Fue el primer médico italiano que procedió a la disección de cadáveres humanos para su estudio, con ocasión dada por la autorización que para ello otorgó Federico II.
Describió el yunque y el martillo del oído, los huesos del tarso, el conducto de la glándula submaxilar, los ventrículos cerebrales, la válvula ileocecal y el colédoco.
En el ámbito de la filosofía, se destacó en la polémica que sostuvo, entre otros, con Pietro Pomponazzi.
Escribió numerosas obras sobre medicina y filosofía.