Alejandro Glaría

Jugó la mayor parte de su carrera en Chile y México, donde fue campeón con Pachuca.

Debutó en ese club en 1989; su capacidad goleadora le llevó a ser cedido a Santiago Wanderers, luego pasó por varios clubes del fútbol chileno destacándose en el Cobreloa, hasta que retornó a su país para jugar en Club Atlético Banfield, donde vivió el descenso del equipo verdiblanco tras la campaña 1996-1997; permaneció con el equipo en Primera B Nacional, donde destacó a nivel individual siendo el Campeón goleador con 30 goles en 1997-1998.

Ese logro causó que Pachuca se fijara en él llevándolo como refuerzo de cara al torneo Invierno 1998 en México.

Con los Tuzos encontró regularidad, anotó 11 goles en su primer torneo, destacó por anotar en 8 jornadas consecutivas, pero una lesión lo mermó en la recta final del torneo, para el Verano 1999 tiene un bajo rendimiento, anota 5 veces; igual número en Invierno 1999; perdió la titularidad y era un habitual hombre de cambio, pero se haría célebre en ese torneo ya que Pachuca calificó a su primera liguilla, pasó desapercibido toda la liguilla opacado por su compatriota Pablo Hernán Gómez, pero en la final Glaría anotaría los 3 goles del título, justamente el gol que valió fue anotado en extraña jugada donde el balón le pegó en los genitales cuando intentaba bajarla para rematar, pero logró impulsarla de ese modo al fondo de la meta de Oscar Pérez;[1]​ por ese logro personal evitó su inminente salida del equipo hidalguense el siguiente torneo.

Para el siguiente torneo es cedido a Club Puebla donde tampoco encontró regularidad aunque anotó 8 goles, salió para llegar a los Pumas donde también hizo 8 goles; más 3 en el Invierno 2001; en Verano 2002 salió de Pumas, llegando a Morelia, pero tras la pretemporada no tuvo cabida en el club y en cambio fue registrado para jugar como refuerzo en la Copa Libertadores 2002; en el siguiente semestre pasaría a Jaguares de Chiapas, donde anotó 5 goles.