Alejandro Cicarelli

A los treinta y tres años, Ciccarelli se convirtió en el principal artista del Brasil y en el encargado de reformar la Academia Imperial de Bellas Artes, en Río de Janeiro.

Seis años más tarde, en 1849, Cicarelli aceptó la propuesta del cónsul de Chile, Carlos Hochkolf, para fundar y dirigir la Academia de Pintura y Escultura en Santiago.

Durante 20 años fue el director de esa institución, que se centró en la tradición académica europea y los cánones grecorromanos, ignorando tanto la creatividad de sus alumnos como las posibilidades estéticas del paisaje local.

Cicarelli dejó su cargo en 1869, siendo reemplazado por el alemán Ernesto Kirchbach, y permaneció en Chile hasta su muerte.

Utilizando principalmente la técnica del óleo sobre tela, apegado a la tradición y a las reglas, realizó innumerables retratos y representaciones de escenas mitológicas y religiosas que, si bien eran una aplicación correcta del oficio, dejaban afuera la creatividad y la innovación.