En 1868 se incorporó al Instituto Nacional, lugar donde desarrolló sus estudios en matemáticas que le permitieron ingresar a la carrera de Ingeniería en la Universidad de Chile.
Como geógrafo realizó planos catastrales para las ciudades de Santiago y Valparaíso.
Asimismo, tuvo a su cargo el trazado de la línea férrea que unió Renaico, Victoria y la ciudad de Temuco.
En 1898, durante el Gobierno de Federico Errázurriz, fue llamado a asesorar a la legación chilena ante el gobierno británico a raíz de los litigios fronterizos entre Argentina, Bolivia y Perú.
Pese a que su trabajo estuvo mayormente relacionado con la fiscalización salitrera su legado más relevante son sus estudios geográficos, que permitieron establecer diferentes políticas públicas relacionadas tanto con la demarcación fronteriza como con la modernización del país.