Alcimo

Pertenecía al partido helenizado (a favor de los séleucides), y opuesto al de los Macabeos, pero los estudiosos reconocieron en él a un judío auténtico, no asimilado por el mundo griego.[5]​ Primeramente fue recibido favorablemente por los judíos, debido a su ascendencia aaronida, pero se hizo aborrecer por sus crueldades.En 161 a. C., Alcimo, ya destituido, se dirige a Demetrio, quien envía un ejército a Jerusalén dirigida por Báquides para restaurarle en su función de sumo sacerdote.Un tercer ejército, nuevamente bajo el mando de Báquides, es enviado y Alcimo es restablecido, asegurado esta vez por una importante guarnición.La ausencia de sumo sacerdote para este periodo hace sin embargo suponer a ciertos críticos que la plaza fue ocupada por el Maestro de justicia, fundador del movimiento del Yahad — a menudo identificado a los esenios — de los que se habla en una treintena de los Manuscritos del Mar Muerto.