Tras sus estudios superiores en Italia, trabajó en el Centre National de la Recherche Scientifique varios años, asesorado por Lucien Febvre.
Pero, desde 1965, enseñó en París, en cátedra de la École Pratique des Hautes Études en Sciences Sociales, donde entró con Braudel.
Su Il senso della morte e l'amore della vita nel Rinascimento (1957) es una obra impar sobre los orígenes de la sensibilidad moderna: sobre el 'ars moriendi', y lo 'macabro', en el siglo XV, que adquiere «unas dimensiones desconocidas y verdaderamente anormales».
Finalmente ha analizado temas económicos, estudiando problemas como los seguros marítimos a inicios de la modernidad; L'Italia del Quattrocento.
En este mismo sentido, editó a un clásico como Leon Battista Alberti, I libri della famiglia, con un prólogo esclarecedor sobre la aparición del 'tiempo' en la idea monetaria que va imponiéndose en Europa.