Fue director del periódico “El Diario” entre 1926 y 1927.Tuvo una extensa carrera diplomática, siendo ministro plenipotenciario en Perú (1928-1929), Ecuador (1930) y Brasil (1936).Una vez derrocado el régimen de Villarroel, volvió a ser embajador en Chile entre 1946 y 1952, desarrollando una serie de conversaciones con el gobierno chileno, con el fin de obtener un puerto para Bolivia en el Océano Pacífico a cambio de compensaciones no territoriales para Chile.El triunfo de la Revolución boliviana le obligó a partir nuevamente al exilio.Who's Who in Latin America: Part IV, Bolivia, Chile and Peru, Stanford University Press, 1947, p.34.