Albano dio refugio a un sacerdote misionero cristiano perseguido por el emperador romano Diocleciano.
Trabada amistad con este sacerdote, Albano recibió de él la instrucción cristiana y el bautismo, antes de que un magistrado del emperador que perseguía a los cristianos los descubriese.
Albano se hizo pasar por el sacerdote y fue decapitado; sobre la fecha de ejecución existe una controversia.
La leyenda afirma que en el camino recorrido hasta su ejecución sucedieron diversos milagros.
Se honra a este santo como el primer mártir (es decir, protomártir) de la antigua Britania.