Este paseo se ubicó en lo que era el basurero de la ciudad llamado el Rincón, frente a la Bahía de La Habana.
En el año 1841 se ampliaron las escaleras de acceso y se colocaron varias farolas para la iluminación nocturna.
También se erigió el Teatro Principal "El Coliseo" destruido por un incendio tiempo después y hoteles como el Armadores de Santander, que llega hasta nuestros días.
En la actualidad ha sido remosada por la Oficina del Historiador de la ciudad.
Las edificaciones portuarias colindantes se restauraron, así como las de valor arquitectónico mundial.