Estas hojas están diseñadas para infligir cortes graves a cualquiera que intente atravesar o saltar la valla y, del mismo modo, también tienen un fuerte efecto disuasorio psicológico.
Uno de los ejemplos más notables durante la Guerra Hispanoamericana es la defensa proporcionada por la Trocha Morón-Jucardo.
Sin embargo, eran resistentes a los cortaalambres que se utilizaban en aquella época para cortar el alambre de púas normal, como era habitual en el frente.
Luego, la cinta de acero se fija en frío firmemente al alambre en todos los puntos, excepto en las púas.
A diferencia del alambre de púas, que generalmente solo está disponible como acero simple o galvanizado, el alambre de espino está fabricado en acero inoxidable para evitar que se deteriore por el óxido.