Talha, comúnmente conocido por la kunya de Abú Áhmad, era hijo del califa Yá‘far al-Mutawákkil (r. 847-861) y una concubina esclava, Umm Ishaq.
[2] En 861, estuvo presente en el asesinato de su padre en Samarra por los esclavos militares túrquicos (ghilman).
Este último fue pronto ejecutado, pero Abú Áhmad pudo sobrevivir gracias a la protección que le dio el ejército turco.
Inmediatamente se apresuró a llegar a Samarra, donde él y Musa ibn Bugha dejaron de lado al nuevo califa, al-Mu'támid (r. 870-892), y asumieron el control del nuevo gobierno.
[2][8] En poco tiempo, se confirió a Abú Áhmad una gobernación que cubría la mayor parte de las tierras que aún estaban bajo la autoridad califal: Arabia occidental, el sur de Irak con Bagdad y Fars.
Para denotar su autoridad, asumió un nombre honorífico (láqab) al estilo de los califas, al-Muwáffaq bi-Illah.
Las provincias occidentales fueron entregadas a al-Mufawwad, mientras que al-Muwáffaq se hizo cargo de las orientales.
[2][15] En ese momento, la enfermedad de la gota, que había sufrido durante mucho tiempo lo había incapacitado hasta el punto de que no podía ni montar, y necesitaba una camilla especialmente preparada.
[19] En octubre de 892, al-Mu'támid murió y Abu'l-Abbás al-Mu'tadid hizo a un lado a su primo para ascender al trono, emergiendo rápidamente, según Kennedy, como 'el califa más poderoso y eficaz desde al-Mutawákkil'.