Ahmad I ibn Mustafá

El Imperio otomano tenía el apoyo británico y el bey Ahmad tenía el de Francia, el conflicto diplomático se solucionó finalmente y el bey recibió los títulos de wali y musher y dejó de pagar el tributo que la Puerta reclamaba, pero los beyes quedaron aún sujetos a decretos imperiales de confirmación del cargo y de vasallaje con el sultanato otomano.

En este tiempo Túnez ciudad tenía tres autoridades principales por debajo del bey: el agha, gobernador de la milicia y la kasbah, el dawletly o ferik, una especie de jefe de policía, y el Shaykh al-Madina encargado de la administración del souk.

En política interior se nombró, a su cuñado, el gran visir Mustafá Khaznadar; introdujo varias reformas e hizo diversas obras públicas que le llevaron a un gran endeudamiento externo y a un aumento de los impuestos; esta deuda benefició a algunos hombres de negocios europeos y sobre todo al corrupto gran visir y ministro de finanzas, Mustafá Khaznadar (1837-1873).

Ahmad declaró la abolición de la esclavitud (1846) y la supresión del estatuto que ponía a los judíos en situación de inferioridad.

Le sucedió su primo Muhammad II ibn al-Husayn.