Agustinas de Nuestra Señora de la Consolación

A estas se sumarían otras dos religiosas procedentes del mismo monasterio, entre ellas la postulante Joaquina María Mercedes Barceló Pagés, hermana de la superiora.

[2]​ El 29 de abril de 1883, las agustinas se hicieron cargo del orfanato fundado por los agustinos en Mandaluyong; más tarde abrieron dos casas para hacer vida comunitaria.

En principio las religiosas que se quedaron en Filipinas no tenían pretensiones de fundar una nueva congregación, de hecho se hizo lo posible por unir la nueva realidad con las Agustinas Misioneras, las cuales enviaron dos religiosas más para apoyar la misión.

Sin embargo las religiosas españolas se negaron y buscaron la ayuda del obispo de Manila, Bernardino Nozadela, pasando entonces a la jurisdicción de dicho obispo.

Por su espiritualidad agustina están abiertas también al campo de las misiones y a la pastoral parroquial.