El trazador es generalmente pasivo como en[1] pero también puede ser activo como en,[2] representando una propiedad dinámica del fluido como la vorticidad.
Primero se necesita un conjunto de puntos que definan con precisión el contorno.
El criterio más obvio es mantener la distancia entre los puntos adyacentes dentro de un cierto intervalo.
Un mejor método consiste en utilizar la curvatura ya que son requeridos menos puntos para el mismo nivel de precisión.
Se necesita mantener la fracción de arco trazado entre dos puntos adyacentes,