El educador era también un hispanista apasionado y un amante de la lengua castellana, actuando como escritor y editor de la que sería su magna obra ante la historia de la educación mundial.
Duffloqc, siempre hablando desde su hispanismo, fue un eterno agradecido de este gesto y escribió al respecto, en su mismo silabario:
Los resultados fueron verificados y aplaudidos por José Mendo Remacha, director del instituto.
El profesor también fue capaz de imponer una filosofía de servicio educacional que ojalá nunca se hubiese perdido, ni siquiera parcialmente.
Entrevistado por la señalada revista En Viaje, declaró sobre el poder e hito sin parangón de su Silabario Hispano Americano, además de su propio legado: