En 1977 nacería la revista satírica El Jueves, que todavía sigue existiendo hoy en día y ha protagonizado algunas polémicas judiciales.
[6] El anarcosindicalismo propugna la acción de un sindicalismo revolucionario, que tras ser oprimido y explotado, lucha por la destrucción del sistema establecido y que los servicios productivos estén en manos de los trabajadores.
La pedagogía en el anarquismo o la educación libertaria se basaba en que los individuos debían de aprender por sí mismos y no estar sometidos a una autoridad impuesta por nadie, debían desarrollar sus aptitudes libremente.
[7] Actualmente existe en Madrid la Fundación Anselmo Lorenzo, que se dedica a difundir y proteger la cultura libertaria.
Estas dos revistas consiguieron acabar con La Codorniz, que tenía una sátira incomprensible y absurda para esa época.
Todas estas revistas, incluida Adarga, influyeron de una manera u otra en la vida de unos ciudadanos que anhelaban un cambio para poder vivir en libertad, sin miedo a que sus pensamientos o ideas se vieran reprimidas.
La finalidad era llegar a la ansiada democracia y estas revistas tuvieron en parte una gran influencia.
En 2013 apareció de nuevo la revista Adarga, con una imagen totalmente diferente pero sin perder sus ideales iniciales.