[1] Los intereses, la estructura y la influencia de los actores no estatales varían ampliamente.
Facilitados por la globalización, los actores no estatales desafían las fronteras entre naciones y las demandas de soberanía.
Los actores no estatales desafían la soberanía del Estado-nación sobre asuntos internos mediante la defensa de los problemas sociales, por ejemplo, los derechos humanos y el medio ambiente.
Los actores no estatales pueden ayudar a construir opiniones en asuntos internacionales, como el Consejo de Derechos Humanos.
Los actores no estatales son agentes fundamentales para ayudar a alcanzar los objetivos de desarrollo tanto nacionales como internacionales, como los relacionados con el cambio climático.