Jacob Grimm (Deutsche Mythologie) asoció estas figuras con los espíritus del hogar precristianos (kobold, elfo) los cuales podían ser benévolos o maliciosos, pero cuyo lado amable se enfatizó después de la cristianización.
Los nombres para el "acompañante" oscuro o amenazante incluyen: Knecht Ruprecht en Alemania, Krampus en Austria, Baviera, Croacia, Eslovenia, el Friul, Hungría (deletreado Krampusz); Klaubauf en Baviera y Austria; Bartel en Estiria; Pelzebock; Befana en el norte italiano; Pelznickel; Belzeniggl; Belsnickel en el Palatinado (y también en el estado de Pensilvania, Estados Unidos, debido a la influencia alemana en Pensilvania); Schmutzli en Suiza; Rumpelklas; Bellzebub; Hans Muff; Drapp; Buzebergt en Augsburgo y Babushka en Rusia.
A menudo, su ropa negra y la cara sucia se atribuyen al hollín que recoge cuando baja por las chimeneas.
En otras versiones más posteriores los niños deben dormir, y al despertar encontrarán sus zapatos llenos de golosinas, carbón, o en algunos casos un palo.
Krampus es una figura aterradora presente en Austria, Baviera, al sur del Tirol, Eslovenia, y Croacia, originaria de tradiciones alpinas precristianas.
La tradición local típicamente retrata estas figuras como niños de familias pobres, vagando por las calles y lanzándose en trineos durante las vacaciones navideñas.
El Krampus lleva harapos negros y máscaras cornudas, arrastrando cadenas, abalanzándose hacia los niños que encuentre a su paso.
Belsnickel es un hombre que lleva pieles cubriendo todo el cuerpo, y a veces una máscara con una lengua larga.
El personaje apareció por primera vez en su forma actual en un libro de 1850 escrito por Jan Schenkman y es generalmente descrito como un negro.
El personaje se ha convertido en tema de controversia desde finales del siglo XX, especialmente en los Países Bajos, debido a su supuesta insensibilidad cultural y étnica.