Aunque parecía que el peligro había pasado y la situación estaba controlada a las 18.04 de ese día hubo una explosión en esa misma planta que destrozó algunos muros y ventanas del edificio.
La luminosidad era la manifestación de la fisión nuclear que se estaba produciendo, que provocó una alta emisión de neutrones y rayos gamma, los más letales para la salud humana.
[2] Ouchi, que se encontraba justo sobre la gran tina donde se produjo la fisión en cadena, recibió en su anatomía una radiación miles de veces superior a la dosis media anual que puede soportar cualquier ser humano.
[4] Masato Shinohara, el otro operario que se encontraba junto a Ouchi, aunque estaba un poco más separado de la pileta, también recibió una alta dosis de radiación.
Este es el peor desastre en instalaciones nucleares en Japón antes de Fukushima.