Acanthaspis petax
Una vez capturado, Acanthaspis petax inyecta a la presa enzimas digestivas y bebe los tejidos disueltos, dejando atrás un exoesqueleto vacío.[2][3] Cómo exactamente este montículo de cadáveres camufla a Acanthaspis petax todavía está en debate, ya que se ha investigado poco sobre el tema.Una teoría es el camuflaje con formas extrañas: el insecto puede adherirse tantos elementos a su espalda que es irreconocible para los depredadores.[2][3] No camuflándose como otra cosa sino simplemente desbaratando su propia imagen.Otra idea es que A. petax se camufla como un enjambre de hormigas.[1][3] La saliva paralizante y las enzimas digestivas se envían por la probóscide hacia la presa.[1] Las ninfas pueden pasar muchos días sin comida ni agua, lo que las adapta bien a su hábitat aparentemente poco atractivo.