Aborto espontáneo
La OMS añade el criterio de que debe pesar menos de 500 gramos, sin embargo, hay casos en que con peso menor el feto expulsado puede sobrevivir; si en este caso falleciera con posterioridad, se registra como muerte neonatal.[4] En otros casos se debe a anormalidades del tracto reproductivo o a enfermedades sistémicas de la madre (diabetes, nefritis, Lupus erimatoso sistémico) o enfermedades infecciosas (mal de Chagas, toxoplasmosis, brucelosis, sífilis, listeriosis, hepatitis B, sida) así como por sucesos traumáticos.La enfermedad celíaca sin diagnosticar es una causa relativamente frecuente, pero poco conocida, de abortos espontáneos y otros trastornos reproductivos, los cuales pueden ser su única manifestación, sin síntomas digestivos.Actividades como relaciones sexuales, ejercicio, trabajo y toma de medicamentos no provocan un aborto espontáneo.[4] Entre los factores de riesgo comprobados están las edades menores a 15 años y mayores a 35 años, las enfermedades sistémicas y la ocurrencia previa repetida de abortos espontáneos, además de factores conductuales o exógenos como la drogadicción o el alcoholismo, el estrés materno, abuso sexual, el maltrato físico y psicológico, bajos niveles socioeconómicos o la exposición a toxinas ambientales.El riesgo asociado a enfermedades sistémicas se combate tratándolas antes del eventual embarazo y vigilando el estado de la madre durante este.