[2][3] Renovó la lírica amorosa en árabe al infundirle un tono de experiencia más propio y sensual.
Sus intensos amores con la princesa poeta Wallada inspiraron a numerosos escritores y dramaturgos del mundo musulmán.
Apenas se conocen datos sobre su vida hasta que conoció a la atractiva princesa y poetisa Wallada, encuentro trascendental, pues de él arranca la revitalización de la poesía amorosa árabe, que adquiere un tono personal inusitado hasta su obra.
Estos amores tuvieron un final tempestuoso, después de que Abulhazam ben Chauar se hiciera con el poder en Córdoba.
En este periodo escribirá poesía áulica al servicio de sus nuevos protectores, los abadíes sevillanos, renovando el panegírico, sobre todo en los destinados al joven príncipe y poeta, al-Mu'támid, por quien sentía un cariñoso afecto y respeto a su calidad como lírico.