[3] con La Lumbre Sacudida y dos años más tarde escribe Cantos Latinoamericanos, poemario que tuvo una gran acogida.
Al graduarse en 1953, de inmediato aplica para un puesto diplomático, ofrecido por el gobierno dominicano en un periódico local.
Sin embargo, de manera subrepticia, se une a los grupos que conspiraban contra el tirano.
Poco después, al comprobarse ser reales adherentes a la causa liberadora del pueblo dominicano, son puestos en libertad.
Finalmente, toda la familia fue trasladada a la base militar de San Isidro, donde fueron torturados sicológicamente y los mantuvieron bajo arresto domiciliario durante varios meses.
Entonces, su poema Canto a Santo Domingo se convierte en himno de los combatientes constitucionalistas en las refriegas.
[5] Para esos años comienza a escribir su primera (y única) novela autobiográfica, Las Memorias del Teniente Veneno.