Tras la muerte de su padre en 1826 su hermano mayor, Masayasu, se convirtió en daimio de Fukuyama y él se trasladó a la residencia (naka-yashiki) del dominio en Hongō (el actual Bunkyō, en Tokio).
Mientras desempeñaba dicho cargo ordenó la destrucción del Kannō-ji, un templo de la secta Nichiren cuyos sacerdotes habían estado implicados en un escándalo con damas del Ōoku (harén) durante el gobierno de Tokugawa Ienari.
Tras haber rechazado las demandas japonesas de que fuera a Nagasaki, que era el puerto establecido para el contacto con los extranjeros, y haber amenazado con dirigirse a Edo -la capital- y quemarla hasta los cimientos si era preciso, se le permitió desembarcar en la cercana Kurihama el 14 de julio y entregar su carta.
Abe consideró que, en la situación presente, era imposible resistir las demandas norteamericanas por la fuerza, pero era reacio a llevar a cabo ninguna acción basándose exclusivamente en su propia autoridad.
Otros 14 dieron respuestas vagas y mostraban preocupación ante una posible guerra, 7 propusieron hacer concesiones temporales y 2 dijeron que aceptarían cualquier decisión que se tomara.
Las negociaciones comenzaron el 8 de marzo y duraron aproximadamente un mes.
La mayor controversia se centró en la selección de los puertos que deberían abrirse.
Poco tiempo después se firmaron tratados similares con Rusia, Holanda y Gran Bretaña.