Huérfano desde muy pequeño (su padre murió en 1917, combatiendo por Francia en la Primera Guerra Mundial), fue recogido en casa de su abuelo y, estudiante asiduo, fue enviado para su formación, primero con un tío notario en Akbou, y después con un reputado notario de Argel.
Próximo a los socialistas de la SFIO, pasó en 1946 a integrar la primera Asamblea Nacional Constituyente, en Argel, y, al principio favorable a una "integración en el marco francés" defendió en ella el establecimiento de una igualdad de los derechos de franceses y franceses musulmanes, sobre todo por la instauración del colegio único en el régimen electoral argelino.
Farès decidió entonces transmitir sus poderes a Benyoucef Benkhedda, presidente del Gobierno provisorio de la República Argelina (GPRA), pero este último, en conflicto con el buró político del FLN de Ahmed Ben Bella se vio obligado a rechazar el cargo.
Durante su mandato, como responsable del mantenimiento del orden, pronunció el 30 de marzo un discurso televisado, que ha devenido célebre, un llamado a la paz y al rechazo de la violencia, particularmente destinado a los "europeos" de Argelia.
En particular, se emprendieron contactos con la Organización Ejército Secreto (OAS) para negociar un acuerdo que pusiera fin a sus mortíferas operaciones.