Se forjó una importante reputación como comandante militar en las guerras contra Rusia y el Imperio otomano, como modernizador de las fuerzas armadas y de las instituciones de Persia, y por su prematura muerte ante su padre, Fath Ali Shah.
No dudó en ir a la guerra contra Rusia y su ayuda fue solicitada con impaciencia tanto por Inglaterra como por Napoleón, ansiosos por rematarse mutuamente en la zona de Persia.
Prefirió ayudar a los franceses, por lo que Abbás Mirza continuó su guerra contra el general ruso Kotlyarevski, aunque su nuevo aliado le proporcionó poca ayuda.
Su segunda guerra contra los rusos, que empezó en 1826, acabó en una sangría de muertes y las tropas persas se vieron forzadas a ceder casi todos sus territorios de Armenia y de Najicheván.
En 1834, su hijo mayor, Mohammed Mirza, sucedió a Fath Ali Shah como rey.