Abate Pierre

[3]​[4]​ Su llamado y el movimiento que inició tuvieron repercusión mundial.Henri Grouès nació en el seno de una familia numerosa acomodada.[2]​ Poco después sin embargo, debió abandonar el convento por una enfermedad, y se convirtió en sacerdote secular.Ayudado por una monja, Henri Grouès falsificó documentos de identidad y salvoconductos para muchas personas buscadas.[6]​ A través de España y Gibraltar pudo llegar hasta Argelia.En la posguerra, alarmado por la enorme pobreza que veía por todas partes en Francia, aceptó ser designado candidato a la Asamblea Constituyente de la IV República por el Movimiento Republicano Popular, partido de ideología demócrata-cristiana.El propio Abate Pierre consideró como su gran colaboradora a la señorita Lucie Coutaz, su brazo derecho durante cuarenta años.En su angustia, llamó al Abate Pierre, quien constató que Georges solo pensaba en volver a intentar el suicidio sin fallar.Los mendigos y ancianos se amontonaban frente a los respiraderos del metro, en busca de aire más tibio, o formaban montones humanos cubiertos por papel de diario.Conmovió a los oyentes con un discurso en el que proclamó la insurrección de la bondad:[3]​[4]​ .Desde las frazadas hasta la leña que mantenía las estufas fueron donadas en pocas horas por los parisienses.Su movimiento pasó a otras ciudades de Francia, y los «compañeros de Emaús» aparecieron en Italia, Argentina, México, Canadá, Congo, Australia, Chile y Perú, entre otros países.Fue recibido por variadas personalidades del mundo, intervino en foros internacionales y promovió el respeto a los derechos humanos.Con el apoyo de Emaús Internacional y la presión de distintas embajadas extranjeras, logró su propósito y favoreció ulteriormente a otros chilenos que también salvaron la vida con su ayuda.Dos testimonios citados en el informe indican que las víctimas habían denunciado por primera vez sus casos a la dirección de Emaús en 1992 y 1995, y que la asociación nunca les había dado seguimiento.Los hechos no se habían hecho públicos con anterioridad debido a que la víctima atribuyó inicialmente el comportamiento del Abbé Pierre a su avanzada edad, sin saber en ese momento que el Abbé Pierre había cometido los mismos actos durante décadas.Los testimonios recogidos presentan muchas similitudes, entre las que se incluyen, en particular, toqueteos repetidos en el pecho que se hacían habitualmente cuando el Abbé Pierre estaba solo con sus víctimas, mientras parecía ejercer un control psicológico sobre ellas.Estos tres testimonios firmados fueron considerados coherentes y escritos sin consulta entre sus autores.La ocultación creó un secreto compartido, en detrimento de los asaltados, que nunca fueron tomados en cuenta.Robert, dice que está sorprendido por el descubrimiento de tales actos y "enojado": "Culpo a Abbé Pierre por haber hecho sufrir a esas mujeres de esta manera y saludo el coraje que tuvieron al testificar".
El abate Pierre, el 27 de agosto de 1955.
El elegante Hotel Rochester. Durante el invierno de 1954, se convirtió en el centro de recepción de las donaciones solicitadas por el Abate Pierre para combatir la muerte por congelamiento en las calles de París.