[1] Los monjes que allí habitan producen su propia línea de productos comestibles como queso, dulces, licores y cerveza, atrayendo al turismo por su singular producción.
Los huéspedes y visitantes participan en la oración litúrgica de los monjes, que se celebran con canto gregoriano.
[3] En 1909, la iglesia contó con un "Oblatado", en donde niños y adolescentes recibían su formación religiosa para luego convertirse en monjes.
El primero de ellos, José Sixto Geramiez, fue el primer monje argentino y tercer abad en 1958.
Los monjes benedictinos conviven bajo reglas establecidas por la Orden que creó San Benito en el siglo VI.
[2] Como con el resto de las actividades del templo, solo algunos monjes, los designados por el abad, podrán hablar con los huéspedes.
Por otra parte, la Abadía es también la responsable del Instituto Superior Del Profesorado "San Benito", que ofrece carreras de carácter terciario (superior) especialmente enfocadas hacia la docencia, y con especial hincapié en el estudio teológico y humanístico.