Asimismo, dejó espacio en la tabla periódica para los elementos que habrían de descubrirse en el futuro.
[2] Por todo el mundo se celebraron multitud de actos conmemorativos, congresos, exposiciones y conferencias.
La organización preparó una exposición itinerante, que pudo verse en varias ciudades del planeta.
En Rusia se instaló en el Instituto Central de Investigaciones Nucleares de Dubna y tuvo especial impacto, siendo inaugurada por alta autoridades políticas y científicas.
La Universidad de Zaragoza llevó a cabo una exposición titulada Construyendo la Tabla Periódica, complementada con la publicación de un libro con el mismo título escrito por Miguel Calvo Rebollar.