Su característica principal es contar con una mesa de discusión con micrófonos que se replegaban automáticamente tras un minuto en activo, lo que obliga al contertulio a ajustar su intervención a ese tiempo.
Aunque TVE había tenido precedentes de programas de debate político (en especial el famoso La clave, presentado por José Luis Balbín), hacía tiempo que estos programas no ocupaban apenas espacio en la parrilla televisiva española.
El programa 59 segundos fue encargado a una productora externa de gran envergadura en el panorama audiovisual, Globomedia.
El resto se repartían entre derecha e izquierda más o menos moderada, con opiniones muy diversas respecto a determinados temas recurrentes (nacionalismo, moral individual, políticas sociales...).
El tertuliano, en principio, debía limitar su intervención a un minuto; transcurrido este tiempo el micrófono desaparecía e impedía que su voz se siguiera escuchando.
Esto garantizaba que todas las opiniones pudieran ser escuchadas sin necesidad de alzar la voz para imponerse, un fenómeno común en muchos debates tradicionales.
El debate en plató se complementaba con reportajes o vídeos grabados con anterioridad.
[3] Se emitía una versión en catalán para Cataluña, 59 segundos (59 segons), los martes, a partir de las nueve y media de la noche, presentado actualmente por Cristina Puig en sustitución a María Casado, en La 2.
Durante su andadura, 59 segundos ha obtenido audiencias diversas según el invitado y los temas tratados.