Su uso también fue planeado en una nueva ametralladora que se iba a desplegar en 1919, la MG 18 TuF.
Por lo tanto, se necesitaba encontrar otro medio para combatir estos primeros vehículos blindados.
El desarrollo del .50 BMG estadounidense fue iniciado antes de que este proyecto alemán fuera terminado o incluso conocido por los países aliados.
[cita requerida] Cuando los aliados supieron del nuevo cartucho antitanque alemán, hubo un debate sobre si se debía copiar y utilizar como base para el cartucho de la nueva ametralladora diseñada por Browning.
Sin embargo, después de algunos análisis se descartó la munición alemana, tanto porque su desempeño era inferior al .50 BMG (que era simplemente una versión agrandada del .30-06 Springfield), y porque era un cartucho con semipestaña, haciéndolo poco adecuado para un arma automática.