Además, fue candidata para representar a Francia en los Premios Oscar, aunque finalmente no logró la candidatura.
Esta enfermedad representa una plaga letal que se ceba especialmente con la población homosexual.
La primera, un fresco de una época en la que poco se sabía y poco se quería informar sobre esa enfermedad que, como una maldición puritana, venía a cambiar las costumbres sexuales.
Nathan, se quedará sorprendido ante la radicalidad y energía de Sean, que gasta su último aliento en la lucha.
Ambos forman una relación y deciden cuidarse uno al otro hasta que se les acabe el tiempo.
Una escena también se basó en su experiencia con la epidemia del sida, cuando dijo "He disfrazado a un novio cuando murió".
El consenso crítico del sitio dice: "Moviéndose sin recurrir al melodrama, BPM ofrece una mirada fascinante sobre un período clave en la historia que perdura mucho después de que se cierran los créditos de cierre".
[8] En Metacritic, la película tiene un puntaje de 85 sobre 100, basado en 21 críticos, lo que indica "aclamación universal".
"Campillo sabe cómo cruzar lo público con lo privado sin que aparezcan fricciones: la fluidez entre los momentos dramáticos y festivos de la historia, apoyados por una preciosa banda sonora, es ejemplar."