La canción, como tantas otras de la época, fue dedicada a Yoko Ono, y era una disculpa por herirla u ofenderla.
Según informes, Lennon estaba disgustado por su falta de voluntad para permanecer a su lado, y durante una subsiguiente conversación telefónica frustrada.
Este detalle muestra que Lennon se vio profundamente afectado por la posibilidad de perder a Ono, una vez más.
Los resultados solo serían una referencia para grabaciones a futuro, permitiendo que Lennon reconsiderara la canción en un momento posterior.
Sin embargo, esa oportunidad nunca llegó y el trabajo registrado en progreso fue publicado en 1984, luego de su muerte.