[1][2] Se le describe como un ser extremadamente violento y sádico, capaz de matar por mero placer.
[1] Se cuenta que a menudo Kwányip iba la costa rocosa llamada Onkonk donde anidaban muchos cormoranes.
Mientras Kwányip atrapaba las aves, Čénuke, desde lo alto de una pared rocosa comenzó a dejar deslizar piedras desde arriba, cada vez más grandes.
Luego un elevado muro de hielo avanzaba, empujando a Čénuke hacia el interior del pantano.
Sin embargo, Kwányip instauró la muerte tal y como la conocemos al ayudar a su hermano a que no despertara de dicho sueño[3] o, según cuenta otra versión del mito, al hacer todo lo posible para que su hermano no reviviera.