Oscar Hurtado

No se destacó como escritor en estos géneros (aunque los cultivó casi todos), sino por su labor difusora.

Creó y dirigió la colección Dragón, primer sello cubano que difundió la literatura policiaca, fantástica y de ciencia ficción en la isla y que permitió que los cubanos conocieran clásicos mundiales como Ray Bradbury, Isaac Asimov, Arthur Conan Doyle y C.S.

También fundó las colecciones Fénix (dedicada a promover la poesía cubana) y Cuadernos R (para igual función en la prosa).

[1]​ Además de publicar varios poemarios y una colección de cuentos, fue coautor, con Évora Tamayo, de Cuba: cien años de humor político, un ensayo sobre pintura cubana (Pintores cubanos) y numerosos artículos periodísticos sobre artes plásticas, cosmonáutica, ajedrez, ciencia ficción, misterios arqueológicos y otros.

La escritora Daína Chaviano, compiladora y prologuista de este volumen, fundaría más tarde el primer taller literario en Cuba dedicado a la ciencia ficción, al que llamó Oscar Hurtado, como homenaje póstumo al autor.