Sibö se adelantó de prisa y transformó las mariposas en damas desnudas, diciéndole a los acompañantes que no podían ver ni hablar con las damas.
Estos continuaron muy obedientes hasta llegar a la casa Jutsini del Señor Ógama, santuario construido de piedra con buenas fortificaciones.
Sibö no quería darle las semillas de cacao porque eran los indígenas.
Le dio un puñado nada más, y sí le entregó todas las de pataste, que eran las semillas de la gente blanca, es por esta causa que la gente blanca usa las sustancias metálicas para agredir a otros pueblos o destruirse entre sí.
Luego regresaron agradecidos pero al llegar a donde estaban las damas desnudas, Sibö ordenó de nuevo no hablar ni verlas y los dejó que siguieran caminando, mas el sí se quedó “conquistando” mujeres, de las cuales no conquistó ninguna, por lo que se quedó husmeando desde un árbol del cual se cayó y murió.