Los rusos intensificaron su dominio en la región en el siglo XVIII, hasta que Pedro el Grande se anexó el Daguestán marítimo como consecuencia de la primera guerra ruso-persa.
En el siglo XVIII también se llevó a cabo el resurgimiento del Kanato avar, que consiguió rechazar los ataques de Nadir Shah de Persia, e impuso tributo a Shirván y Georgia.
En 1803, el kanato se sometió voluntariamente a la autoridad rusa, pero a Persia le llevó una década el reconocer la posesión rusa de todo el Daguestán (Tratado de Gulistán).
La administración rusa soliviantó y enfureció a los montañeses.
La Guerra del Cáucaso se alargó hasta 1864, cuando Shamil fue capturado y el Kanato avar abolido.