Íñigo López de Mendoza y Manrique de Luna

[1]​ El rey Felipe II quiso nombrarlo virrey de Aragón en 1588, como lo había sido su tío Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda, pero su nombramiento fue rechazado por los aragoneses por no ser natural del reino, con lo que se tuvo que volver a Madrid.

Después el rey nombró como virrey a Jaime Jimeno de Lobera, obispo de Teruel, tras lo que volvió a enviar al marqués de Almenara a Zaragoza para que ejerciera como su representante en el pleito del virrey extranjero, con poderes para ser consultado en todos las decisiones y nombramientos efectuados por el Virrey y el Gobernador[2]​ y en el entendimiento de que sería nombrado Virrey si ganaba el pleito.

El Justicia se personó en ella y le pidió que huyera a través de la casa contigua, a lo que Almenara se negó.

El Justicia se ofreció a escoltarle a un lugar más seguro, pero los amotinados exigieron que Almenara y sus criados fueran desarmados primero.

[4]​ Casó con Ana del Águila, pero no tuvieron descendencia, y le sucedió su hermano Diego como marqués de Almenara.