Árbol urbano

En un sentido amplio, incluye cualquier clase de vegetal leñoso creciendo en asentamientos humanos.

En un sentido más estricto (encajando en parque forestal) describe áreas donde los ecosistemas carecen de sobrevivientes silvestres o remanentes.

Los árboles juegan un rol importante en la ecología de los hábitats humanos de muchas maneras: filtran aire, agua, luz solar, ruidos; enfrían el ambiente; dan sombra a animales y a otros vegetales, y área recreacional para los habitantes.

La presencia abundante de arbolado reduce el estrés, beneficiando la salud psicofísica del habitante urbano.

Nuevamente, la planificación y el involucrarse de la comunidad son importantes para obtener resultados positivos.

La gente aprecia el avistaje, alimentación, safaris fotográficos, pintura artística, y vida silvestre.

La cuantificación de los beneficios económicos del árbol ayuda a justificar las erogaciones públicas y privadas en su mantención.

El smog es producido por reacciones químicas entre NOx y compuestos orgánicos volátiles (COVs) en presencia de luz solar.

Los componentes volátiles del asfalto se evaporan más lentamente en estacionamientos con sombra y calles.

La sombra no solo reduce las emisiones sino que también aumenta la durabilidad del asfalto y por ende la necesidad de mantenimiento.

Un aspecto importante a considerar cuando se valoran los efectos de los árboles en la calidad del aire urbano es que emiten algunos compuestos orgánicos volátiles biogénicos (COVBs).

Esto significa que los COVBs emitidos por los árboles contribuyen a la producción de ozono.

Si bien esa contribución debe ser considerada pequeña, las emisiones de COVBs pueden exacerbar el problema del smog.

Los efectos del arbolado urbano en la producción de ozono fueron descubiertos recientemente por la comunidad científica, aunque investigaciones extensas y concluyentes aún no han sido realizadas.

Fresno con un desgarro en el tronco, por mala praxis de arboricultura.