Ángel Larroque

[1]​ A partir de entonces pintó gran número de lienzos, celebrando exposiciones en Austria, Alemania, México, París y Londres.

En Madrid concurrió a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1912, 1917 y 1920, dando también a conocer sus obras en exposiciones celebradas en Bilbao en diferentes fechas.

[2]​ El crítico Juan de la Encina dijo que él es un «pintor cuyos rasgos primordiales son la finura, el matiz, la concisión, la solidez y un prodigioso dominio de la técnica de la pintura.

No habéis de pedirle vivacidad y ardor expresivo, afluencia de imaginación, porque no encajan con holgura en su vocabulario artístico otras palabras que las que expresen serenidad, ordenación sencilla y clara, reposo».

Severo sin sequedad en cuanto al color, contenidamente cálido sin estridencias, Larroque logró altísimas calidades cromáticas y engastadas en monturas lineales de sobrio arabesco.

Maternidad
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