Se trata de un ácido fuerte (pKa ≈ −1) y agente oxidante.
Cuando el ácido clórico entra en contacto con la piel o las membranas mucosas, puede causar irritación y quemaduras graves.
La exposición directa puede resultar en lesiones severas, que van desde enrojecimiento y dolor hasta daños profundos en los tejidos.
Debido a su alta corrosividad, el ácido clórico no se encuentra en alimentos ni en productos comunes de consumo.
En ambientes industriales, es manejado con estrictas medidas de seguridad para evitar la exposición y minimizar riesgos.