Se encuentra comúnmente en su forma alcohol, la provitamina pantenol, y como pantotenato de calcio.
[7] Por lo tanto, la deficiencia de ácido pantoténico puede tener numerosos y amplios efectos, como se discutirá más adelante.
Un estudio reciente también sugiere que las bacterias intestinales en humanos pueden generar ácido pantoténico.
En los pocos casos donde se ha visto la deficiencia (víctimas del hambre y ensayos voluntarios limitados), casi todos los síntomas pueden revertirse con el retorno o suministro de ácido pantoténico.
De mayor a menor incluyen fatiga, alergias, náusea y dolor abdominal.
En raras condiciones más serias (pero reversibles) se ha visto insuficiencia adrenal y encefalopatía hepática.
Se han descrito sensaciones dolorosas tipo quemantes en los pies de pacientes voluntarios.
Siguiendo los descubrimientos o ensayos en ratones, en 1990 un estudio pequeño publicado fue promoviendo el uso de ácido pantoténico para tratar el acné vulgaris.
Dr. Leung también propuso un mecanismo, indicando que la CoA regula hormonas y metabolismo de ácidos grasos.
Resultados clínicos adicionales indican que la polineuropatía diabética puede ocurrir en asociación con un disturbio metabólico prediabético existente, y que los síntomas de la neuropatía se pueden ver influidos favorablemente por la combinación de la terapia descrita, incluso en diabetes poco controladas.
Actualmente, muchas compañías ofrecen suplementos de vitamina B5 dirigidos a reducir el acné.
[14] Roger J. Williams descubrió la naturaleza esencial del ácido pantoténico en 1933 al demostrar que era necesario para el crecimiento de la levadura.
[16] Williams apodó al compuesto «ácido pantoténico», derivando el nombre de la palabra griega pantos, que se traduce como 'de todas partes'.