¡Que viva la música!

El joven autor muestra gran influencia por parte de autores como Julio Cortázar, Edgar Allan Poe, Mario Vargas Llosa y Manuel Mejía Vallejo, de este último, en particular, su novela Aire de Tango (1973), por su narración musical paralela, que Caicedo replica a su manera en esta obra.

Es la invitación a una fiesta sin sosiego, donde su protagonista dejará que el mundo baje hasta el pozo sin fondo de sus propios excesos.

Pero es la muerte dulce de las celebraciones: el paisaje, los afectos, la noche, la niñez que huye, la adolescencia triunfal, el rock and roll, los Rolling Stones, la salsa, Richie Ray, Bobby Cruz, las drogas, Cali (o Kali, según la ortografía del narrador).

La primera traducción a otro idioma que se hizo de la obra fue al alemán en el año 1997 publicada por el Hammer Verlag bajo el título "Salsavida" por el traductor Klaus D. Hebenstreit.

[1]​[2]​[3]​ En 2014 la novela fue traducida al inglés por Frank Wynne y publicada por la editorial Penguin dentro de su colección Modern Classics.