Es similar al motor turbohélice pero, a diferencia de este, no mueve directamente una hélice.Normalmente se utiliza como motor de aviación para propulsar helicópteros.La principal diferencia radica en que el segundo produce algún empuje de propulsión residual que complementa el empuje del eje propulsor.Para la potencia que desarrolla, comparado con un motor de pistón equivalente, el turboeje es extremadamente compacto y, por tanto, ligero.En 1950 su trabajo se utilizó para desarrollar un motor mayor, el Artouste de 280 CV, que en seguida fue instalado en el Aérospatiale Alouette II y otros helicópteros.